ACIPET se pronuncia frente a la Reforma Tributaria y la pérdida de oportunidades de exploración y producción del sector de hidrocarburos
Continuamos viendo, con sorpresa, anuncios caprichosos y reiterados del Gobierno nacional, -como dirían Ricardo Ávila, periodista y analista de El Tiempo, y Mauricio Santa María, Presidente de Anif, en La República-, con referencia a cómo incrementar significativamente la tributación del Sector de Hidrocarburos y cómo suspender la exploración y producción en Colombia en pro de una transición energética acelerada, la cual ya muchos expertos internacionales y nacionales han criticado, con base en datos, información y cifras veraces.
Es precisamente esto lo que nos preocupa enormemente, pues con esta retórica sin cifras, datos o información estructurada que indiquen un proyecto con objetivos claros y sostenibles, se destruye el valor del sector industrial más importante y pilar fundamental de la economía colombiana. Hace un tiempo manifestamos, desde ACIPET, una preocupación enorme por esta retórica y dijimos que lo primero que íbamos a ver era un escalamiento de la tasa de cambio. Dicho y hecho. Estos anuncios han incrementado significativamente la tasa de cambio más de lo que nos esperábamos aún en escenario pesimista: 26% en 4 meses. Esto ha hecho crecer desmedidamente la incertidumbre en el país, la inapetencia de la inversión extranjera y en general nos han puesto en un sendero para ser más pobres como Nación.
Bjorn Lomborg, profesor y ambientalista danés, afirmó en una entrevista con El Tiempo que: “Para Colombia sería un error abandonar los combustibles fósiles” y que técnicas polémicas como el Fracking, deberían existir en todo el mundo. Lomborg confía en la capacidad humana para “adaptarse a una realidad distinta” y sostiene que, “si bien hay que enfocarse en energías limpias, sobre reaccionar puede acabar siendo un error muy costoso”. Hemos podido observar cómo, ante la crisis energética de Europa, los gobiernos de Alemania, Gran Bretaña y Suecia, entre otros, se han alineado a prácticas de transición energética, rigurosas, apropiadas y oportunas y han vuelto su mirada a reconsiderar seriamente y a desarrollar sus fuentes de energía primaria (carbón, petróleo y gas) para garantizar sus soberanías energéticas y continuar desarrollando sus países en forma sostenible. Estos países, en la actualidad, atraviesan tropiezos por haberse embarcado en una transición energética precipitada como la que nos propone el Gobierno en nuestro país.
En una entrevista con El País, Francisco Lloreda, Presidente Ejecutivo de ACP, afirma que “los combustibles de origen fósil -el petróleo, el gas y el carbón- son la principal fuente primaria de energía a nivel mundial y salvo que se dé una disrupción tecnológica, que no se vislumbra aún, la mayoría de los estudios y proyecciones indican que a 2050, en el más ambicioso escenario de contención del cambio climático, el 70% de la energía seguirá siendo de dicha fuente, comparado con el 80% en la actualidad. La crisis energética de Europa evidencia además que el petróleo y el gas seguirán siendo claves en la matriz energética mundial. Entendieron, a la brava, que no por mucho madrugar amanece más temprano y que impulsar las fuentes renovables nunca debió ser incompatible con mantener su autosuficiencia energética en hidrocarburos”.
Por su parte Nelson Castañeda, de Campetrol, manifiesta su preocupación por la reforma tributaria y cómo esta afectaría la Industria y, a la vez, a las regiones productoras de hidrocarburos y sus comunidades, así como la disminución de las regalías y el empleo de calidad en el territorio.
Tomás González, de CREE, y ex ministro de Minas y Energía, explica que el no considerar las regalías como deducibles es como si a una persona natural le cobraran impuesto sobre el valor de su retefuente. El incremento excesivo de tributación propuesto por este Gobierno para el sector de hidrocarburos podría tener un efecto supremamente negativo sobre la inversión extranjera de un sector que es el equivalente, para la economía colombiana, a lo que es la sangre para un ser viviente.
Es claro entonces la afectación negativa que tendría la reforma tributaria para la industria de hidrocarburos y el significado de la pérdida de la exploración y producción en este sector, como consecuencia de una mala interpretación e implementación de una transición energética precipitada e improvisada. Muchos de los factores que explican este dañino impacto, entre otros, son:
- La industria de los hidrocarburos es uno de los pilares fundamentales de la economía colombiana. Es injusto pretender que solo el sector tenga que aportar con esta reforma un poco más de nueve billones de pesos.
- No deducir las regalías del sector de hidrocarburos del impuesto de renta que, a corte a corte de agosto de este año, corresponde a 16.8 billones de pesos, más de lo proyectado, es nefasto para la industria y para la sociedad en general, pues se le estaría poniendo freno a uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas que es el fin de la pobreza.
- El costo de vida de los colombianos incrementaría de manera insostenible, pues los servicios públicos como el gas y los combustibles, como la gasolina, aumentarían de precio, afectando a las familias más pobres de nuestro país.
- Esta reforma llegaría a poner en riesgo la seguridad energética de nuestro país, pues los costos de exploración aumentarían, la capacidad de producción disminuiría y se pondrían en riesgo las reservas del país (7.6 años en petróleo y 7.7 años en gas).
Reconocemos el esfuerzo del Ministro de Hacienda por proponer nuevas modificaciones a esta reforma, asegurando que a nuestra industria le van “a proponer una fórmula y es que, si el precio del año gravable supera el 30% del precio móvil en los últimos 20 años, la sobretasa será del 5%, si supera el 60%, será del 10 %” y que “siguen discutiendo cómo manejar la no deducibilidad de las regalías”.
Desde ACIPET seguiremos promoviendo la exploración y producción de hidrocarburos en Colombia para poder mitigar el riesgo de pérdida de seguridad energética del país, así como todos los esfuerzos del sector para maximizar nuestras reservas actuales mediante técnicas de recobro mejorado (inyección de fluido en los yacimientos) y producción optimizada.
Nos sentimos orgullosos de ser ingenieros de petróleos y de ser quienes impulsamos, en gran parte, la economía y el desarrollo de nuestro país. Desde ACIPET, seguiremos trabajando con todo el compromiso y responsabilidad e invitamos al Gobierno Nacional a sentarse con nosotros para que, a través de los datos, la ciencia y la ingeniería, saquemos una Reforma Tributaria que beneficie a todos los colombianos.
Luis Guillermo Acosta
Director Ejecutivo
ACIPET