Tendencias de la industria petrolera global y propuestas para Colombia Parte I

05/11/2021

Dada la importancia del sector O&G para tantos países, los anuncios de cambios en su estructura se convierten en una medida de cómo se está moviendo la expectativa de las sociedades para enfrentarse tanto a los retos de sostenibilidad financiera, energética y caminos de transición. En esta columna de dos partes abordaré las tendencias de la industria petrolera global desde sus antecedentes, casos de éxito (Parte I), la tendencia a reestructurar el sector petrolero a nivel global, ¿qué puede aprender Colombia de ello? y finalmente una serie de propuestas para el país (Parte II).

El último año fue uno sin precedentes y sumada a la creciente preocupación ambiental y de políticas respecto al cambio climático, también se le sumaron las  crecientes preocupaciones por la estructura del sector de las principales economías minero-energéticas con exposición a recursos hidrocarburíferos, esto consistente con el creciente consenso global de que hay muchos problemas macroeconómicos[1] con la existencia de empresas petroleras estatales nacionales bajo el control de los gobiernos-NOC (National Oil Companies en inglés), entre muchas razones podemos resumir las principales:

  • Está documentado que el aumento de la propiedad del gobierno hace que las empresas sean menos eficaces para generar ingresos a partir del empleo y las reservas. Muchos países han visto estancadas sus reservas, producción y empleos asociados al sector.
  • Las relativas ineficiencias técnicas de las empresas estatales petroleras: “son en gran parte el resultado de que los gobiernos ejercen control sobre la distribución de las rentas”. Cada vez se usan más las empresas estatales petroleras con fines políticos e incluso con alcances internacionales geopolíticos.
  • El flujo de caja y las reservas de producción, si bien son más altos en los períodos de tiempo iniciales para las empresas estatales petroleras, todos son más bajos en relación con el caso eficiente a más largo plazo. 2020 se manifiesta como un escenario de largo plazo para políticas previas de nacionalización de recursos de la primera mitad del siglo XX.
  • Las estructuras para la organización y regulación de las empresas estatales petroleras minimizan el impacto comercial de los objetivos no comerciales en la capacidad de una empresa estatal petrolera, para concentrarse de manera eficiente en sus negocios principales. Muchas empresas estatales se han acometido a inversiones billonarias todas a pérdidas en sectores como biocombustibles y refinerías sin criterios claros comerciales, afectando de manera clara la eficiencia en sus negocios principales.
  • Será menos probable que una empresa estatal petrolera pueda producir tanto como lo hubiera hecho si hubiera sido una empresa privada, que pudiera operar sin la interferencia del gobierno en su toma de decisiones. La disparidad de eficiencia operativa y financiera es incluso más determinada si se considera que en todos estos países los estados modernos no necesariamente necesitan empresas estatales para capturar rentas del sector O&G, la participación de los gobiernos en la utilidades del sector para el ciclo completo del petróleo en países como Colombia, Ecuador, Bolivia y Venezuela, por ejemplo, superan el 75%[2] aún sin necesidad de la existencia de las empresas estatales petroleras.
  • El hecho de que las empresas estatales petroleras se creen para lograr objetivos que el mercado no logró, genera grandes tensiones en mercados emergentes, con efectos secundarios potencialmente severos (venta de armas, alianzas, etc). La interferencia de los gobiernos anfitriones en las operaciones de las empresas estatales petroleras por parte de políticos y otras comunidades localizadas, ha tenido y tendrá un impacto sustancial a largo plazo en el desarrollo de recursos y la riqueza nacional. Las ineficiencias de las empresas estatales petroleras se trasladan a sus sociedades principalmente los más vulnerables, al tener una creciente concentración en diversas etapas de la industria, destacando la producción de gas natural y crecientes déficit públicos asociados al efecto de decisiones poco comerciales.
  • El análisis econométrico ha concluido que: “el predominio del bloque de acciones propiedad del Estado tiene un efecto negativo sobre las características de desempeño, y su incremento está asociado a un aumento de la carga de la deuda de las empresas”. Las empresas estatales son de las más endeudadas del mundo, sobresaliendo Pemex y otras latinas, los resultados muestran que las compañías petroleras internacionales superaron a las petroleras nacionales en una clara atracción de valor, mientras que el valor combinado de las primeras aumentó en un promedio del 9% desde 2013, el valor de las principales empresas estatales petroleras cayó un 15% e incluso más año tras año.
  • La excesiva burocracia determinista deteriora el potencial de crecimiento, a través de la redistribución de ingresos y las ineficiencias del sector público. El creciente poder de sindicatos y su asociación con grupos extremos políticos de orillas diversas ha perjudicado y vuelto inflexible el mercado laboral, con efectos en creciente desempleo principalmente para jóvenes.
  • La reducción de las inversiones de las empresas estatales petroleras tiene como efecto directo la reducción de ingresos en las empresas de bienes y servicios petroleros OFS (Oil Field Services en inglés), vía las tarifas y por lo tanto disminuyendo el empleo neto en el sector. Típicamente las OFS generan más empleos al mismo nivel de inversión en capital que las empresas estatales petroleras, además de transferencias de tecnologías, capacidades prácticas principalmente a niveles regionales.

Desde una perspectiva global, hay pocas dudas de que la inyección de política en este mercado deja a todos peor de lo que podrían estar de otra manera. Esto, debido al gran número de empresas públicas y privadas de tamaño similar, que pueden ser analizadas para explorar las diferencias entre las empresas privadas y estatales en negocios relacionados. La situación anterior no es nueva, durante las tres últimas décadas ha habido cambios sustanciales en las composiciones de los sectores y empresas estatales de los principales países petroleros del mundo, el ejemplo clásico es el caso de Rusia que podemos resumir a continuación:

PaísEmpresaComposición accionaria
RusiaRosneftEstado Ruso (50%) BP (19.75%) CEFC China Energy (14.16%) Bolsa de valores de Moscu (10.38%) Fondo Soberano de Qatar y  Glencore (5.34%)
GazpromEstado Ruso (50.23%) Banco de New York Mellon (16.7%) Otros privados (33.07%)

El cambio de composición accionaria ha sido exitoso en diversos países y empresas, destacando como ventajas que:

  • La oferta de acciones de las empresas estatales petroleras que cotizan en bolsa en los mercados occidentales tienden a mejorar las eficiencias. Casos exitosos como Equinor (67% Estado Noruego) y Chinas, sobre este último país se destaca que apunta a la transición de una economía planificada a una economía de mercado y desconcentrar las empresas estatales de su sector energético ha sido la política pública[3] para tener más competitividad, incluso para aspirar a mejores datos de desempeño ambiental del sector.
  • La transición de una economía planificada a una economía de mercado más eficiente, ha pasado en diversidad de países por democratizar la propiedad pública centrada en las empresas estatales a la propiedad privada en ciudadanos y/o en otras empresas no estatales y recibir ingresos estatales vía impuestos, esto fue un camino que incluso China, Rusia, Noruega y decenas de países con hidrocarburos no pudieron evitar.
  • “Se podría considerar que las privatizaciones parciales en el sector petrolero capturan una parte significativa de la mejora del desempeño asociada con los mercados de capital privados sin que el gobierno vendedor tenga que ceder el control mayoritario”. Al tener participación de los gobiernos en las utilidades del sector tan altas, la socialización de acciones no perjudica dicha participación, al contrario los estados terminan recibiendo mayores ingresos vía su participación en las mejoras de desempeño.
  • La exposición al capital privado está asociada con “mejoras integrales y sostenidas en el desempeño y la eficiencia”. Es innegable que los países con sectores mixtos O&G tienen mejores métricas que los totalmente estatizados.

Las consideraciones anteriores son claras guías y evidencias para el desarrollo integral de políticas de recursos y su gobernanza, “Estudia el pasado si quieres pronosticar el futuro”– Confucio.

Autor: Eusebio José Orozco Cera, Ingeniero de Petróleos e Ingeniero Químico UIS, Diplomado en  Docencia Universitaria Unilibre y YNC UIS, Especialista en Economía Pontificia Universidad Javeriana, Profesional Certificado en Innovación Energética y Tecnologías Emergentes SCPD Stanford University.

Bibliografía

[1]https://www.linkedin.com/posts/eusebio-jose-orozco-cera_el-camino-del-sector-el%C3%A9ctrico-al-og-activity-6835944989176995840-S7xU

[2]http://campetrol.org/wp-content/uploads/GDS/2015/mayo/GDS-20150514-2.pdf

[3]https://www.rieti.go.jp/en/china/19041101.html

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