El inicio del año ha venido con las proyecciones de expertos sobre el precio del barril de petróleo. Morgan Stanley predijo un barril a 90 dólares para mediados de año y ahora lo eleva a 100 dólares. Por su parte, Goldman Sachs lo hizo con un precio del petróleo a 96, basado en el desbalance entre oferta y demanda, que podría llevar a los 100 dólares al finalizar el año.
Como un colega me decía, la mejor receta para los precios del petróleo es sufrir una crisis con el desplome de los mismos. La razón es muy simple: cuando el precio se viene a la baja, las compañías inician recortes en sus proyectos, buscando un saneamiento financiero para pasar el temporal y como consecuencia se deja de explorar, de adicionar nuevas reservas y de contar con producción para comercializar.
Cuando se viene el incremento en la demanda y dado que no hay cómo atenderla, al no contar con el volumen suficiente, los precios inician su tendencia alcista. ¿Qué pasó en nuestro país con el precio de algunos productos de la canasta familiar como consecuencia de las manifestaciones que se presentaron en 2021?
Por otro lado, y es desgastante llover sobre lo mojado, lo visto con las renovables nos ha mostrado el camino para alcanzar la transición energética. El desabastecimiento de gas en Europa y su efecto colateral en los precios del petróleo, no es más que la consecuencia de hacer funcionar un proceso que hoy más que nunca requiere de tiempo y aprendizaje.
Este 2022 ha comenzado de muy buena forma, con el repunte de las economías, en donde ni la nueva variante del Covid ha podido frenar el crecimiento. En lo que respecta a nuestro país, con el resultado de la Ronda Colombia 2021, las expectativas en el sector dan optimismo, por el nombre de las compañías involucradas y por la necesidad de apostarle a la exploración, para la adición de reservas.
No obstante, queda el sinsabor de una estrategia basada en la acción y reacción, en lugar de ser pensada en una visión de mediano y largo plazo. Imaginemos que, en los periodos con bajos precios del petróleo, en lugar de aplazar o cancelar los proyectos, estos se ejecutaran de acuerdo con lo programado, ¿cómo sería la época de cosecha teniendo la producción de estos proyectos con los precios de crudo fortalecidos después de la crisis? La respuesta que parece obvia hoy día es difícil de encontrar.
Este año muy probablemente seguirá su curso normal, donde el balance entre la oferta y la demanda gobernará los precios de los combustibles fósiles, sin dejar atrás la geopolítica, que como es el caso actual entre Rusia y Ucrania, no deja de darle el tinte novelesco a este año.
Para finalizar, no olvidemos las elecciones presidenciales en el país en donde uno de los candidatos, detractor de la industria, recogerá sus palabras en esta última fase de su campaña bajo el entendimiento que contra los hechos es muy difícil confrontar con la retórica. El contar con los recursos que les permitan a las poblaciones más vulnerables salir de la pobreza debe ser uno de los objetivos de cualquier candidato a la presidencia, es por lo que no se puede desconocer lo que le aportan a la Nación los combustibles fósiles y más si las proyecciones le apuntan hacia los 100 dólares el barril.